Lo peor es que el ataque en tromba a los sindicatos viene de tantos frentes mediáticos que, a estas alturas, frenarlo ya parece una causa perdida. TODOS los medios de derecha (en este país, de extrema derecha) tienen a los sindicatos en su punto de mira. Es el primer y más importante objetivo en su denodada lucha por desproteger a los trabajadores. Y hoy en día esas críticas se han hecho tan extendidas que hasta los propios trabajadores han comenzado a aceptarlas como un credo. Es inaudito, pero la realidad lo hace innegable: los propios trabajadores, a instancias de la caverna mediática, reniegan hoy de los sindicatos.
Este país da asco y vergüenza sin límites.